Ficha técnica
Título: Soul Surfer
Director: Sean McNamara
Actores/actrices: AnnaSophia Robb, Dennis Quaid, Helen Hunt, Carrie Underwood, Ross Thomas, Lorraine Nicholson, Kevin Sorbo, Sonya Balmores
Duración: 106 minutos
Año: 2011
Guión: Sean McNamara
Fotografía: John R. Leonetti
Música: Marco Beltrami
Género: Biográfico
Nota: 8,5
TRÁILER
SINOPSIS
Bethany Hamilton, una joven y famosa surfista australiana, ha vivido desde niña dentro del agua, sin separarse del mar, de su tabla y de su mejor amiga Alana. Un día, un tiburón le arrebata un brazo, pero Bethany es una joven muy fuerte y lo que pudo ser un terrible drama se convirtió en una historia de superación, ya que desde entonces el único objetivo de Bethany fue prepararse cuanto antes para volver a practicar el surf. (FILMAFFINITY)
OPINIÓN PERSONAL
La vida de Bethany Hamilton, una gran aficionada al surf dedicada a ello en cuerpo y alma, da un giro radical que hará que nada sea igual a partir de entonces.
He visto esta película dos veces: el verano pasado y este, hace no mucho. La verdad es que me gustó bastante. Es una historia conmovedora y realista. El día a día de la protagonista cambia de repente: mientras estaba surfeando con sus amigos, un tiburón viene y le arranca un brazo. Hasta que la trasladan y atienden en el hospital, pierde mucha sangre, así que su supervivencia es algo así como un milagro. Deberá acostumbrarse a realizar todo tipo de cosas de una manera distinta y, pese a la dificultad que le supone, lo conseguirá: su espíritu y su gran fuerza de voluntad no conocen límites. Me sorprendió mucho su endereza ante el asunto. Se derrumba, sí, porque, ¿cómo no iba a hacerlo dadas las circunstancias? Sin embargo, sus ganas de vivir, de ayudar a los demás y de surfear, influyen más que su tristeza o desolación ante la desgracia. Podría haber sido peor; podría haber muerto por culpa de aquel tiburón enfurecido, pero sigue en este mundo, así que merece la pena intentar seguir adelante con sus sueños...
...y así lo hace. Se entrena muy duro para participar en una competición muy importante, y su padre la ayuda: tanto él como el resto de su familia comparten este hobby, así que no le resulta complicado ponerse en su pellejo. Permanecen junto a ella en estos momentos difíciles, sin dejarla caer en el abismo y animándola a seguir, pues tienen fe en ella, en su coraje, en su talento. Para sentirse útil, dado que partir un simple tomate para hacer una ensalada o recogerse el pelo en una coleta le es sumamente complicado, se va con un grupo de chicos y chicas como voluntaria a Phuket, Tailandia, para ayudar a la gente que se ha visto arrasada por un tsunami. Allí reina el caos. Les da de comer y hace lo que está en su mano para contribuir, y mientras tanto se da cuenta de que hay personas que, por desgracia, han corrido peor suerte que ella: no tienen un techo sobre el que resguardarse, ni comida, ni nada de nada, ni siquiera a su familia. Lo han perdido todo inevitablemente. Además, poseen un miedo terrible al agua, dadas las circunstancias, pero gracias a su perseverancia logrará hacerles ver que esta, pasada la tragedia, no será una enemiga, sino una amiga. El servir como fuente de distracción, confianza e inspiración para los demás devolverá la fuerza y las ganas de luchar a la protagonista, quien, más tarde, dará una lección a aquellos que no creyeron posible que su don permaneciera pese a tener un brazo menos.
Una historia de auto superación que muestra que, tras la de cal, viene la de arena. Que a veces ocurren cosas malas y que, no obstante, siempre podremos sacar algo bueno de ellas. No es una de mis pelis preferidas, aunque creo que está muy bien hecha: los actores y actrices realizan su trabajo de una forma espléndida, y las escenas del surf son increíbles. Así que si quieres aprender una lección moral o te gusta el surf, te merecerá la pena verla, estoy segura.
Sin más dilación, aquí me despido.
¡Hasta la próxima! :)
Atentamente, Andrea.